La importancia de Machu Picchu para los peruanos es crucial porque forma parte de nuestra propia identidad. Estamos muy orgullosos de saber que somos los herederos de un majestuoso sitio Patrimonio de la Humanidad y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno. Nos convierte en los principales embajadores de uno de los pocos símbolos arquitectónicos en el mundo que llega al corazón de todas las personas.
Así como la Torre Eiffel, las pirámides egipcias y las pagodas chinas dieron un rostro cultural a cada país representado, el complejo de Machu Picchu hizo lo mismo con el Perú. Es un ícono fascinante que ha captado el interés de generaciones y ha mantenido la admiración de un país tan noble como el Perú. El mismo que se siente muy orgulloso de poseerlo y compartirlo con todos con razón.
Importancia de Machu Picchu como Patrimonio de la Humanidad
Este silencioso testimonio de humanidad se esconde en los páramos más remotos de la República Peruana. Es un complejo cultural conocido como “Montaña Vieja” en lengua quechua, y fue inscrito en la lista de la UNESCO de Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1983. También en 2007, fue declarado una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno. Gracias a la ceremonia en la ciudad de Lisboa, a la que asistieron millones de votantes de todo el mundo. Tal categoría logra distinguir a este misterioso desaparecido no solo como patrimonio vivo del Perú, sino también como vocero de todos los viajeros y turistas. Lo más importante, abramos nuestros corazones al mensaje en piedra que nos dejaron nuestros antepasados.
¿Quién ordenó la construcción de Machu Picchu?
Según el erudito más famoso del Imperio Inca, esta magnífica estructura fue construida alrededor de 1450 por el famoso líder militar Pachacutec. Impresionado por las características únicas del Cañón Pichu, el monarca ordenó a sus súbditos que construyeran una importante residencia que serviría como pieza central de la arquitectura de su naciente imperio. Luego de ser redescubierto en la década de 1940, los peruanos modernos han redescubierto una vez más las antiguas maravillas construidas por nuestros antepasados. Los que demuestran que a la humanidad aún le queda un largo camino por recorrer.
Cada uno de ellos está enmarcado por auténticos pasos fronterizos que no dejarán indiferente ni al turista más exigente. De ahí la oportunidad de recibirlos año tras año durante los interminables vuelos de ida y vuelta de Lima a Cusco.